sábado, 12 de marzo de 2011

El estrés

Para una masiva cantidad de personas resulta ser el estrés una característica inherente a su estilo de vida, pero muchos desconocen las inmensurables consecuencias que arropa el tomar con ligereza esta condición y no eliminarla de raíz.


Es así como, incluso al encontrarse de vacaciones, no les es posible a muchos el descansar, su cuerpo se siente agobiado, tenso, gastado. Como pudiera entonces definírsele? Viene siendo este una respuesta de nuestro cuerpo ante una situación amenazante. Muchos cometen juicios errados al pensar que solo momentos angustiantes de trabajo o exigencias que se muestran ajenas a nuestra realidad son las causantes de este mal sin embargo esto puede producirse, incluso por un manejo inadecuado de sentimientos –en todo el desborde de la palabra-. 

A menudo, suelen muchas personas consolar sus dolencias con la comida, el exceso de ejercicio y otros factores que más adelante veremos como en lugar de disminuir, empeoran estos nuestra condición. Que abarca entonces a totalidad el concepto de estrés? Veamos.

Existen situaciones o estímulos que pueden desatar una condición estresante dada su novedad, esto se puede ver reflejado tanto a nivel psicológico como fisiológico. La razón primordial para que se vislumbre en todo el ser de nuestro cuerpo, se centra primordialmente en que nuestro cerebro, controla todos y cada uno de las partículas que nos conforman y al sentir carga emocional por una situación X, disminuimos su capacidad de ordenar de manera eficiente todo cuanto esté a su alcance. Algunos casos pueden presentar –sorpresivamente- una aceleración anormal del ritmo cardiaco, Su causa? Simplemente la vigilia causada por aquel «ente maligno». 

Otras síntomas que evidencia estrés viene siendo la perdida de cabello: Cómo es esto? El cerebro        –quien ya nombraremos como el centro operacional-    responde ante el estrés de formas tan únicas como diversas, el descontrol hormonal es sin duda una de las más notorias a nivel social. Se desarrolla no solo una caída de cabello    –aparentemente inexplicable-     sino también una bipolaridad que junto con el deterioramiento físico/emocional presente en quien padece de estrés, generan una lucha diaria en contra de la depresión.


A pesar de que previamente se ha destacado solo factores negativos, el estrés pretende en esencia el desarrollo de la personalidad, objetivo que se ve perdido en el mismo instante que la persona pierde el control de sus emociones. Una vez el hombre  «ceda» su postura de  «presidente operacional» -o sea quien maneja el centro, tomando en cuenta que llamamos así al cerebro – entrega con esto sus armas y pierde seguido toda guerra y batalla! 

Si viéramos las cosas desde el otro lado de la moneda, seria hasta indispensable una vida ausente de estrés. El sentirnos ajenos a los estímulos y alertas que despierta éste, haría de nuestra vida una absurda monotonía. Una visión más general de esta condición sería entonces el definirla como una «constante prueba cognoscitiva»     . Teniendo siempre en cuenta que el resultado será positivo o no dependiendo únicamente de nuestras capacidades.

El buscar incesantemente de aplacar nuestro sentir usando terceros     –haciendo referencia del centrarse en comer, ejercitarse y cuantas cosas más se puedan hacer- trae el mismo resultado que el barrer una casa llena de polvo y colocarlo al terminar, en una esquina. Ocultar, tapar y/o esconder no serán jamás sinónimos de resolver. Teniendo claro esos conceptos es más sencillo ver cuanto motiva el hacerse responsable de nuestro encorno y sentirse únicos protagonistas en la novela llamada vida. Y es que, no existe en este mundo quien pueda conocer del hombre más que el hombre mismo! 

Cuanto más rápido entendamos esto y que el hacernos responsables nos atribuye una libertad increíble,  que si bien es cierto que no siempre su carga es liviana, también lo es que cargar con el peso de lo que decidiste por ti mismo trae sabores, pero si fue decisión de otro, no deja otra cosa que sin sabores y la misma o incluso más grande carga.  Estresado? No permitamos darle cabida a esta palabra!

Búsqueda de la perfección

Qué otra cosa seria propia de analizar más que la búsqueda constante por la perfección? Con base en el empirismo, se puede declarar la inexistencia de la felicidad derivada a la perfección, definiéndola incluso como sueño utópico para el hombre -sin ánimos de caer en lo ego   -centrista y muchos menos narcisista-   .Y es que, cuan preocupante y agotador sentido se encuentra al vislumbrarse en dependencia de una idea que se figura inexistente! 

Apena en sobremanera que esa búsqueda no sea ajena a la mayoría de las personas, evidenciando que todos nosotros, simples mortales, osamos apropiarnos de una virtud inherente a un único ser, DIOS. Quienes provienen de Él, los hombres, de querer conocer la perfección solo deben tratar de conocerle.Según lo planteado anteriormente, estamos arrastrados por una comunidad que refleja la incoherencia entre sus creencias y sus actos, porque la religión -sin distinción de culto- categoriza la perfección como  particular del Ser Supremo. 

A pesar de esto, no radica en un análisis teocentrista lo que prosigue en este escrito sino, más bien, una crítica a la verdad del hombre y su afán por conseguir atributos que le son impropios. Resulta entonces esta indagación, un acribillar constante a la estética, la ética e inclusive la lógica, que son en definitiva normativas esenciales en la vida de toda persona. Viéndolo de este modo, qué burla a nuestra inteligencia! No creen? Cómo pretender motivar a la moralidad y la virtud si la misma sociedad que nos arropa nos obliga a materializar lo perfecto, lo que lo que no puede ser esclavizado, lo soberano?

Ahora bien, que sí podríamos alcanzar? Bastante simple la pregunta, aunque no popular su respuesta, así que conviene anotar, listos? Pues podemos alcanzar algo lo suficientemente bueno como para sentirnos conformes, punto. Esto viene siendo la clave mágica para una vida lejos de las depresiones, frustraciones y dependencias a cosas que, en fin, jamás podrán llenar el vacío que causa una meta malograda. Acoplarse con un ideal factible es, además de realista e inteligente de nuestra parte, un arma que nos posiciona con cierta superioridad ante el resto de las personas que, por ignorancia algunos y pura tenacidad en otros, no descartan la ideas perfeccionistas en su diario vivir. 

Los desequilibrios emocionales engendrados por la «persecución del esplendor» desatan una cadena de síntomas rastreros, que solo causan una desvalorización de nosotros mismos y nuestras capacidades, fiándose de silogismos errados que nuestra mente, casi nunca, es capaz de desmentir sin ayuda de terceros   -amigos, padres, psicólogos, etc-.

Al vernos excitados por lo inmediato firmamos la sentencia de fugaz o irreal para con los productos nobles de aquello que trabajamos por obtener. Este factor puede influir en la necesidad de perfección, seguido también por los placeres superfluos del hombre   -provenientes de la fama, el poder, el reconocimiento-       .Se evidencia un factor que no cabe en otra clasificación  que en «egoísmo, seguido de más egoísmo» o tal vez sí, existe otra categoría, quedaría más o menos como...    «niveles colosales de egoísmo», pero... Egoísmo por parte de quién? si con desear placeres vanos únicamente estamos, con visión miope, anhelando un gozo momentáneo y por consiguiente evitando uno prolongado. Interesante sería encontrarle respuesta a esta cuestionante que queda abierta.

Sabiendo todo esto, queda bastante obvio que el escudriñar la perfección no trae consigo más que perturbaciones en nuestra paz interior. Tomando esto como base, al prescindir de lo innecesario y enfrentar la vida con confianza y optimismo, puedo disfrutar de plenitud en cuanto sentido me antoje.  Seguro se preguntarán: Y cómo no había inferido en esto antes? Pues como se expresa en las anteriores líneas, nuestro cerebro en ocasiones no es capaz por sí mismo de desprenderse de estas creencias que traemos arraigadas de tiempo atrás.

 Si inferimos un poco, daremos cuenta que este ensayo es la prueba fehaciente de que al sentirse cómodo con el proceso más que con la meta en sí de obtener algo   «casi perfecto», basta para saciar nuestra sed de grandeza, resultando de esta…digámosle ecuación matemática, el placer más puro, necesario para una autoestima sana.

Perfeccionista? YO? jamás!! por eso soy feliz; y tú, puedes decir lo mismo?

Honor a quien honor merece

El día de hoy me ha inquietado lo concerniente al porvenir…no  mío, ni de un grupo particular, sino de nuestro país. Representan las pasadas elecciones del PRD una clara muestra de que tanto nos podemos dejar arrastrar por nuestra sed de poder. A pesar de que los contendientes –si es que se permite enmarcar dentro de un mismo objetivo personalidades tan antónimas– se mostraban de inicio sosegados y sensatos, en el transcurso, uno de estos quizás confundió los significantes de tales conceptos... o los habrá ignorado? Es menester entonces resaltar, honrar e incluso admirar el correcto obrar de quien; percatado de los desvelos de su adversario por el triunfo, no hizo uso de artimañas para alcanzar su cometido – o por lo pronto NO en su cometido primero-.

Asombro no deja de causar, sin embargo, el hecho de que alguna persona  -en propiedad de lo que para muchos es símbolo de tranquilidad- pudiese entonces llegar a soslayar su estabilidad mental, valor como persona y por consiguiente de la vida como tal -sentimientos evidenciados en sus conductas-. Motiva ciertamente a la reflexión esta panorámica que se nos presenta, sintiéndonos –por gracia o falta de ella- afligidos ante una posición que admite los colosales niveles de incoherencia  que escenifica. Esto puede también proponer, el derribar las figuras utópicas del dominicano, -sustituciones de la persona por un personaje meramente ficticio atribuidas al político– pensadas hasta por sus mismos representantes, no tomando en cuenta que más temprano que tarde conducen a la pérdida de lo verdadero –nuestra esencia como ser humano-.

Qué necesidad tan arraigada tiene el hombre que la antepone sobre cualquier virtud que deba renunciar para saciarla? Se podrá saciar?
Igualmente, este clima permite reflejar cierta analogía entre el pensar de una vasta mayoría hace pocos años y el inferido en el momento actual. A favor únicamente –o por lo menos así se espera- de nuestra población, pues se ha mostrado un nivel de conocimiento propio tal, que exterioriza en grandes escalas confianza y seguridad.

Por consiguiente, si tomáramos como base la exasperante realidad que nos acuña, daríamos cuenta el por qué cae incluso en lo absurdo aquel que pretenda idear normativas funcionales. El fulgor de lo que sería un aporte magistral a la causa opuesta, cautiva por lo simple y  preciso. Consiste el mismo en comprender que las cualidades positivas de quienes nos rodean deben siempre trascender, tanto por engrandecer a quien las posea como por seducir a quien las escuche e incitar a igualarle ó, por qué no? Superarle. Asimismo, otro motivo yuxtapuesto en la divulgación de cuestiones de este tipo, viene siendo el de preservar las virtudes expuestas -que urgen tanto en una sociedad como la nuestra-. De esta forma, el ejemplo no quedará en lo teórico profanado, sino que se personificará en cada peso bien ganado, cada justo premio o castigo, aplacando además un sin número de dolencias que afectan hoy en día nuestra nación. Las mismas, se han encargado de cegarnos muchas veces, al tratar de encontrarle origen. Y es que, nosotros permitimos que iniciaran al desoír -en vez de corregir- acciones, propuestas y cuanto elemento faltase a la verdad.

Qué verdad? Una verdad exacta, prometedora-cumplidora, una verdad… que envuelva íntegramente la República Dominicana.