domingo, 7 de agosto de 2011

Jugando al titiritero...


Podrás con dulzura sucumbir ante mi ponencia?

Ella se acerca a mí y solo atino a pronunciar las patéticas palabras de: ¿sabes que es la vida? Sonriente con la expresión más pura que haya visto yo jamás me responde:  « Todo cuanto le permitas ser, eso es.»

De alguna forma me dio la explicación exacta. es sin lugar a dudas  lo que yo le permita ser. Empecé a idear mi plan, uno maestro! Requería encontrarle el sentido perdido en mis años de angustias. Escritos, libros, fantasías y quimeras ya no servían; solo ampliaban la brecha entre mi conciencia y el mundo. Ahora rechazaba el personalizar mi hasta hoy irónica experiencia en este suelo del trópico.

Fue asi como el conocer mi deseo me mataba, me confundía, distorsionaba en el camino eso que un día me ensenaron significaba crecer. La respuesta hoy certera o quizás equivoca me llego sin buscarle. Ven por qué les hablo de irónico vivir?

Husmeando entonces en pilares de la sociedad va esparciendo mi sangre como fuego en hoguera la intención -crease desinteresada- de esclarecer con otros mis últimas dudas. Dije desinterés? perdón pretendía limitarlo a lucro.

¿Aciertos?   ¿Victorias? … codicia y ambición se vuelven solo una y me retan a mas, a mucho más. Exactamente aquí, donde la identidad del hombre se define solo en cuadros hipoteticos de realidades que representan una leve mayoría –notan exceso de maquillaje?-. Los demás solo son materias inertes que cumplen su única tarea de "existir" privados y monopolizados por el pensar y actuar de aquellos pocos que Dichosos o malditos mueven masas jugando al titiritero en el espectáculo mas aplaudido del  tercer hijo del Sol.

Por eso ronda muy ambigua la personalidad y -tengamos claro- el rumbo que transitan los infelices que por instinto o cretinismo sirven de espertento queriendo ser musas en el drama con sabor populachero que se presenta diariamente en este centro astigmatista.