miércoles, 22 de junio de 2011

Recuerdo, olvido, tú.


Fundiendo el recuerdo y el olvido,  tú.  
Me detengo. 
Respiro.

 Busco seguir  y vuelvo a parar. Me esfuerzo por un imposible, en mí todo lleva tu nombre. Cómo deshacerme de  él si en verdad no quiero? Qué es lo que deseo? …Tenaz.

Quizás mi boca no será jamás merecedora plena de la tuya. Tal vez mi estuoso pasado no logra enarbolar su incipiente posición en tu reino. Cualquiera que sea la razón estoy hoy mendigando amores ajenos. Desatando de la jaula que tenía, los más salvajes sentimientos para contigo. Y qué culpa tengo de ser gata que solo aulla en tus noches, deseosa de explorar otros lares y no puedo.

Tú qué? Vives días colmados de lo que yo y solo yo permito. Así es, no has querido darte cuenta que aún sin  “tenerte” soy tu dueña.

 Despierto.
Que real amor se sintío decirte aquello! Real solo en mis sueños.

Cándida la aurora que avecinaba –o así creía- un romance de eterno verano,  pues ni fue romance ni fue eterno su verano. Pasea la ingenuidad que encarna en tus manos muy campante con el acto indiferente que simulo vender cuando sin decoro pretendes recorrer mis mares.

Suspiro. Veo cerca un cigarro… me ha conquistado la idea de que no era imposible. Continúo entonces fundiendo.