Tú que me lees; viajemos.

Para descubrirme…tuve que tocar  fondo; aun así, se me antoja explorarme contigo.  Sí, contigo. Tú que me lees, serás  mi fiel acompañante en este viaje. Degustemos suavemente cada palabra que pronunciaremos juntos. Cómplice, socio, secuaz coautor de esta novela que titulo Mi Vida.  Busco –con todas las fuerzas, busco!-  encender tus sentidos, embriagarte de sensibilidad y… antes de que mi aroma te quede amargo; encarar mi verdad.  Tú, amigo(a) mío(a),  serás  árbitro en este encuentro que cortejo desde yá con sumisión y  recelo.  

Sabes que soy nada mas que una mortal entumecida. La insipidez me abruma.  Vacío y frío me definen. Igual, viajemos y permíteme empezar a bordar mi intimidad en segunda persona.  Te pido aceptes pues el mentarle como tercera me resulta distante,  y si algo contiene infinitamente mi templo es esto: distancia.

Amor mío, por fin regresas! Te extrañé tanto corazón que me asusto. Qué sobredosis de sentimientos descargo al estremecerme cual si fuera una tibia brisa que acariciase mi piel el idearte. Cuanto me excita el solo pensar en lo que podría ser, lo que he esbozado fue y no es. Triste no deja de ser el que no existas. Te amaría con todo lo que tengo…pero, qué digo!? si tu bien sabes que solo te tengo  ti; podría amarte contigo? Mi adagio.

Habrá alguien más deseando poder encontrarme? atraparme en su red y sedarme con su salvia? Lo anhelo, lo quiero, lo exijo.

Basta! Digo que NO!

Exacto, NO y nuevamente… NO!

 No quiero nada mas que ser o más bien, aprender a ser yo misma. Qué necesito? Un guía, un modelo, un maestro. Aquí entras tú corazón. Mi ingeniero del alma, constructor de realidades. Ayúdame te ruego a no seguir deseando el olvido en cambio sí el filtrar con nobleza lo que queda en mi remembranza.

Qué pasa? Háblame vida que te escucho atenta.

Tienes razón cielo; no puedo usarte. He tenido una vida de búsquedas y ahora me han vuelto a vencer. Estoy con ella otra vez. Ella, la perversa.  Soledad le dicen y parece ser mi eterna y única compañera.

Soy débil. Confieso que no puedo escaparme porque buscando –como siempre- felicidad rompí mi contrato con esta extraña y me han herido –créeme que mucho más. fuera de su dominio que aquí,  dentro del que nombré mi campo de minas-. Ella lo supo amor, te digo que supo tanto, que esperó estuviera yo  moribunda, agonizando, desesperada… en ese justo momento se acercó. Me acogió tal capullo sobre sus brazos y sanó de mí. Me dio fuerzas para luego arrebatarla de un solo golpe. Casi mortal. Te fijas que fue un “casi”? Astuta es en sobremanera que me permite revelarlo hasta con palabras que soy títere suya. Le admiro.

Ves que sí me ayuda contarte? Siempre me he jactado de significar ambivalencia para muchos al tratar de categorizarme; es que bien puedo confundir con lo divino y especial tanto como con lo rastrero y corriente; sin dudas una burla para cualquier descubridor –creía- . Llegas tú y…

-Cae el telón- Qué? Era un acto? Puro teatro?

Lo siento amor, tengo que dejarte. Mi socio me llama. Ya me toca enfrentar mi verdad. No me olvides nunca.

Te amo.